sábado, 17 de diciembre de 2011

Mi primera colmena


En los años 80 conocí un hombre a través de mi trabajo, los dos teníamos la misma pasión por la Naturaleza y en poco tiempo nos hicimos buenos amigos, un día me comentó que de joven había sido apicultor, como el tema me interesaba le hice una pregunta que siempre me había dado vueltas por la cabeza:
_ ¿Donde se puede conseguir una colmena? le dije,
_ la puedes comprar a un apicultor, hay profesionales que se dedican a reproducir i vender abejas.
_ ¿y la puedo tener en el balcón?
_ porqué no, en el tejado de La Opera de París hay colmenas y existe una asociación con mas de cien miembros. (ver apicultura en París)
Un día mi amigo me llamó para anunciarme su venida a Andorra, teníamos un trabajo en curso y aprovechando el puente de Todos los Santos nos podíamos reunir y poner todo a punto. La tarde antes al día previsto sonó el timbre de casa y al responder en el interfono escuché la voz de mi amigo que se escusó diciéndome que había traído unas muestras y me pedía bajar a recogerlas, cuando abrió el maletero vi que lo que realmente traía era una colmena
_ ¿estás loco? le dije
_ ¿y ahora que hago con ella?
_ pues ponerla en el balcón como querías.
sin mas cogió la colmena y se dirigió al ascensor, subimos a casa y la colocamos en el balcón.  Mi mujer después de la primera sorpresa se atrevió a decir:
_ ¿no irás a dejarla ahí?
yo entre dientes contesté :
_ no, solo el tiempo de encontrar un sitio donde ponerla.
Al día siguiente hizo un sol esplendido y las abejas iban y venían como si siempre hubieran estado allí, algunas traían polen, mas tarde pude saber que lo recogían de las hidras.
El caso es que el tiempo fue pasando y la colmena pasó toda una temporada en el balcón, lo curioso es que ni los vecinos ni nadie se dio cuenta de su presencia.

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